Había una vez una bella joven que, después de
quedarse huérfana de padre y madre, tuvo que vivir con su madrastra y las dos
hijas que tenía ésta.
Las tres mujeres eran tan malas y tan egoistas que se quedaban cada día ma´s feas. La bella joven era quien hacía todo el trabajo más duro de la casa. Además de cocinar y fregar también tenía que cortar leña y encender la chimenea...
Una mamita del 3°A logró cautivar a los pequeños con esta clásica historia que a todos nos gusta.
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